WALT DISNEY Y LA PLANEACIÓN ESTRATÉGICA.
Los tres principios del emprendimiento y planeación empresarial.
El legendario creador de varios de los personajes de cómics más famosos del mundo del entretenimiento: Walt Disney, como imperativo para su equipo creativo, les inculcaba ser SOÑADORES, REALISTAS Y EJECUTIVOS. Al inicio de cada nuevo proyecto, en primera fase debían ser soñadores, todo lo que se imaginaran era factible de realizar, no había barreras. Todo emprendedor, todo soñador cumple con esta primera fase, es el paso inicial para generar una nueva idea de negocio, o para innovar con una idea diferente y creativa dentro de una organización.
La Planeación Estratégica es un concepto mencionado por la mayoría de líderes de las organizaciones en el mundo, pero su interpretación y aplicación muchas veces no es la adecuada, principalmente por la falta de claridad en lo que realmente es: una serie de acciones previamente definidas, con la asignación de unos recursos, encaminadas a cumplir con una meta, que tiene varios objetivos definidos y cuantificados en tiempo y espacio.
El primer paso de los tres principios del emprendimiento empresarial, fácilmente lo damos, somos soñadores. Desafortunadamente los dos pasos siguientes del Sr. Disney, en un alto porcentaje de los casos, no se dan: Ser realista y ser ejecutivo.
Ser realista nos lleva a mezclar y aplicar a nivel táctico la misión y la meta u objetivos de la visión definidos en la planeación estratégica.
Ser Ejecutivo, es el desarrollo en campo, con el soporte de todas las áreas o procesos de la organización, de las acciones concretas que nos llevarán a cumplir con los objetivos tácticos y la meta definida en la etapa de soñador, en el nivel estratégico.
Una etapa lleva a la otra, un paso tras otro paso, no podemos pretender omitir uno de estos; es un proceso que tiene inicio, desarrollo, fin, y un nuevo comienzo. Ya que la planeación estratégica es continua y siempre se debe estar evaluando y replanteando de acuerdo al análisis de los entornos externo e interno, más ahora, en tiempos dinámicos por la globalización de los mercados.
Si queremos realizar un viaje, podemos soñar que lo haremos en avión, ya definimos una meta, un objetivo estratégico: llegar a un determinado punto. En segunda instancia, siendo realistas, revisamos nuestros recursos y nuestras restricciones, tácticamente definimos que vamos a llegar a nuestro destino en un automóvil. Ahora finalmente, a nivel operativo, definimos quien será el conductor principal, el copiloto y los acompañantes, de esta forma alcanzamos la meta soñada, definida en la estrategia.
Aquí están plasmados los tres principios para el desarrollo de un proyecto o emprendimiento aplicado exitosamente por el Señor Walt Disney: Hay que ser soñador, realista y ejecutivo. A nivel de términos de gestión: Definir y ejecutar los planes estratégicos, tácticos y operativos.
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